En la Comunidad de Madrid han iniciado una experiencia piloto, que persigue convertir los campos de golf en reservas naturales, que puede ser ampliado a otros territorios en un futuro próximo.
• La iniciativa Biogolf prevé fomentar la introducción de fauna y flora en estas instalaciones y mejorar su hábitat
• En función de los resultados de la experiencia piloto, las medidas de ecoeficiencia se extenderán a todos los campos
El viceconsejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, Manuel Beltrán, y el presidente de la Real Federación Española de Golf, Gonzaga Escauraiza, han rubricado, junto a los representantes de los campos de golf de La Herrería (San Lorenzo de El Escorial), Lomas-Bosque (Villaviciosa de Odón), Centro Nacional de Golf (Madrid), El Encín (Alcalá de Henares) y Jardín de Aranjuez, un convenio de colaboración con los presidentes de estos cinco campos de golf madrileños para llevar a la práctica, a modo de experiencia piloto, el proyecto Biogolf.
En virtud del convenio rubricado, se pondrá en marcha en los cinco campos citados una experiencia piloto de tres meses que, en función de sus resultados, se extenderá a otros clubes madrileños con el objetivo final de otorgarles una nueva certificación o sello ambiental. Esta experiencia puede ser ampliada en un futuro próximo a otras Comunidades Autónomas
“El proyecto Biogolf representa un cambio en las reglas de juego en la relación de este deporte con el entorno”, indicó Beltrán, “y profundiza en las virtudes ambientales de este deporte”. Así, aquellas instalaciones que decidan implantar este sistema de gestión ambiental específico y adaptado a los campos de golf, contarán con una guía de ecoeficiencia y de fomento de la biodiversidad para que puedan implementar medidas de sostenibilidad.
Introducción de especies
La fase piloto que ahora comienza en estos cinco campos de golf contempla la realización de un inventario de la fauna y la flora existente, de sus infraestructuras y de su nivel de ecoeficiencia. Tras ese informe de partida, y de forma coordinada con los campos de golf, se decidirá qué especies de animales y de flora se pueden potenciar en cada caso.
Así, se habilitarán zonas de refugio para los animales y cajas-nido para aves insectívoras que se encarguen del control natural de plagas.
También se adecuarán las balsas de agua para los anfibios, se crearán nuevos puntos de agua, e incluso se liberarán ejemplares de aves, ardillas, lirones o murciélagos. En cuanto a plantas, se escogerán aquellas autóctonas que mejor se adapten al suelo y al clima.
Otras de las medidas que se propondrán a los campos de golf son la optimización del uso de los recursos hídricos mediante instalación de riego avanzados o plantación de césped con poco requerimiento hídrico