Los albaceteños Daniel Robles y Ángel Soria son dos de los integrantes de la Promoción 2020-2021 de la Escuela Nacional Blume de Golf, un grupo de trabajo que persigue el objetivo de convertirse en semillero de jóvenes golfistas de proyección a imagen y semejanza de lo que acontecido en años anteriores.
Daniel Robles, de Las Pinaíllas, que acumula su tercer año consecutivo en la Escuela Nacional de Madrid, forma parte del equipo integrado asimismo por Eduardo de los Ríos, Juan Luis de Bethencourt, Ana Pina, Julia López, Marta López, Lucía López y las novedades de Ángel Ayora y Paula Balanzategui.
Por decimoséptimo año consecutivo los entrenamientos diarios se realizan en el Centro Nacional de Golf, una de las múltiples finalidades para las que fue concebido.
Además, todos los componentes de la Escuela Nacional tienen a su disposición, desde el comienzo de la temporada, el Centro de Excelencia del Golf, una instalación de vanguardia, ubicada en la cancha de prácticas del Centro Nacional en Madrid, construida con el objetivo de aumentar el número de jugadores españoles entre los 100 primeros del Ranking Mundial tanto en el ámbito amateur como profesional.
Ángel Soria, en la sede de León
Por su parte, Ángel Soria, asimismo de Las Pinaíllas, aterriza por primera vez en la Escuela Nacional Blume de Golf con sede en León, donde las incorporaciones han sido más numerosas. Continúan en el grupo Ignacio Cervera, Pablo Rebolleda y Álvaro Ruiz de Huidobro y llegan de nuevas el citado Ángel Soria, el murciano Ángel Pérez, el salmantino José María Rozas y las malagueñas Mar García y Rebeca Fernández.
La Escuela Nacional Blume de León, que cumple siete años, es un proyecto en el que también participan de forma conjunta con la RFEG las distintas Federaciones Autonómicas y el Consejo Superior de Deportes. Los jugadores seleccionados reciben formación deportiva en las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento de León y del Club de Golf de León, y académica en el Colegio Leonés, un centro con más de 100 años de historia.
El planteamiento en ambos casos vuelve a ser, un año más, unidireccional: formar buenas personas y deportistas gracias a un plan de actividades desarrollado en instalaciones punteras que permiten la práctica del golf al más alto nivel.
Estas becas están dirigidas en exclusiva a jugadores jóvenes que tienen, según los criterios técnicos de la RFEG, una proyección deportiva relevante, teniendo muy en cuenta que para la renovación de las citadas becas es fundamental que el alumno supere el curso lectivo.